Reflexiones después  de 18 años… ¿Por qué se implican las personas en causas perdidas?

Pues desde mi humilde experiencia y trayectoria (que en bastantes ocasiones ha sido dolorosa, estresante, y por momentos, juzgada sin conocimiento) te implicas al sentirte impotente ante situaciones y respuestas que no llegas a entender. Crees firmemente que tu activismo social es de vital importancia para que un colectivo, excluido como lo es el de enfermedad de Alzheimer, se reconozca y se atienda como precisa, y no solo a la persona enferma que precisa de una tercera para su supervivencia y bienestar, sino también para cuidar a ese cuidador que suele ser muchas veces el gran olvidado en esta enfermedad.

Y, ¿por qué las personas afectadas por Alzheimer y otras demencias son casi siempre un colectivo “invisible”? Supongo será porque suele afectar a ese sector de nuestra población a la que llamamos “personas mayores”, o porque realmente no se conoce la repercusión de esta patología en la familia que la sufre, pero creo que, sobre todo, no se es consciente de el gran reto que este tipo de enfermedades van a suponer para nuestra sociedad, en un futuro, cada vez más cercano.

Desde luego, no lo entiendo… pero después de tantos años, he llegado a la conclusión de que mientras no sientas la enfermedad en tu propia piel, la necesidad es solo tuya, y tuya únicamente la implicación hasta la médula con este colectivo, porque lo que haces lo llevas a cabo desde lo más profundo de tu corazón, siempre por atender las necesidades de las personas afectadas por esta terrible enfermedad, por lo que tú crees justo, siempre con la creencia de que es necesario y correcto.

Pero desde hace un tiempo dudo que lo haya sido. Tantos años de luchar, de trabajar y de pedir por y para este colectivo también me han llevado, sin saber cómo ni por qué, a crearme gratuitamente enemigos, por una causa que no es únicamente mía, sino de toda la sociedad. Ver como amigos de toda la vida se sienten incómodos cuando te ven, porque piensan que solo les interesas para pedirles colaboración o ayuda; haber exigido a las personas que comparten tu día a día hasta la saciedad, porque así te exiges tú, sin medida.

Llegados a este punto siento en mi alma que debería haber sido más permisiva, menos exigente, más tolerante, menos pedigüeña, y porque no decirlo más generosa con mi familia, porque realmente son los grandes damnificados de este grandísimo proyecto.

Pero a pesar de todo ello, ¿lo volvería a hacer después de todo lo vivido?; pues pienso que sí, que no me arrepiento de casi nada, pues he puesto todo mi esfuerzo, empeño y gran parte de mi vida en luchar por un colectivo afectado por esa terrible enfermedad que es el Alzheimer, de manera generosa y sin necesitar de reconocimientos, movida únicamente por mi propia inquietud de cambiar la sociedad y hacerla mejor

Gracias por seguir acompañándonos, usuarios, familias y cuidadores, gracias por confiar en nosotros y en nuestra gestión. AFADE, nació y se creó para cubrir unas necesidades que no estaban, ni siguen estando, cubiertas, y seguirá por mucho tiempo para todos vosotros que la necesitéis.

Equipo de profesionales de AFADE: por favor sentirme como yo a vosotros y ver el lado positivo, porque el negativo ya lo veo y lo siento yo por vosotros y por mí. Sentir que sin todos y cada uno de los que siguen aquí esto no sería posible. Y como decía Mándela, “soy el dueño de mi destino… soy el capitán de mi alma”.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar